Alberto Marzano es uno de los cuatro diáconos permanentes que nombró el Obispado de Zárate-Campana en la Parroquia del Pilar. Fue el primer director de la Escuela Técnica Nº1 de Pilar, pero además dio clases en escuelas técnicas de San Miguel, Tortuguitas y el Instituto Carlos Pellegrini, entre otras instituciones educativas. Estuvo a cargo de la Secretaría de Comunicaciones de la Iglesia del Pilar y reflotó la publicación quincenal La Buena Noticia. Actualmente conduce un programa radial litúrgico. Fue uno de los impulsores para la reactivación del Museo Parroquial que lleva el nombre del padre José Ramón de la Villa. Una de sus máximas aspiraciones es poder crear un Museo Urbano en el centro de Pilar donde los vecinos puedan aportar objetos y elementos utilizados por sus ancestros.
Alberto Jorge nació en Capital Federal un 12 de octubre del año 1943. Hace poco menos de un mes, en el Día de Nuestra Santa Patrona, cumplió 75 años de vida fecunda.
“Estuve viviendo con mi familia poco tiempo en Capital, luego de un fugaz paso por San Andrés. Tendría 4 años cuando nos mudamos a Pilar. Mi papá, Alberto Pedro, era empleado público en Obras Sanitarias de la Nación y mi mamá María Micaela Elsa Encina, docente, aunque recién ejerció algunos años después de radicados acá. Fue maestra en la Escuela 4 y después también en la 1 y en la 26 en el centro de Pilar. Vivimos poco tiempo en una casa que todavía existe, en la calle Pampa y San Luis, era la vivienda de mis bisabuelos, donde residimos por un tiempo mientras construían nuestra vivienda definitiva en la calle Jujuy 741. De cuatro hermanos que éramos, quedamos dos.
¿Dónde cursó sus estudios primarios y secundarios?
Hice hasta segundo grado en la Escuela 4 que funcionaba en un edificio sobre la Avenida Tomas Márquez, luego me pasé a la 1 frente a la Plaza. Mi primera maestra fue Bequi Talmalle. De los maestros que tuve, recuerdo a Ernesto Petrochi y a Cruz Melo. El secundario lo cursé en la Técnica Nº 1de San Miguel, que todavía no se llamaba Japón. Ahí me recibí de Técnico Mecánico y comencé a trabajar de profesor a los 18 años y todavía sin haberme recibido. Al tiempo dejé porque conseguí trabajo en Avan como dibujante técnico, pero siempre me tiró la educación así que en el año 66 vuelvo como preceptor en la Técnica de San Miguel, que tenía 1os talleres sobre la calle Mitre y Fraga; justo enfrente estaba el edificio principal de la escuela. Paralelamente comencé a estudiar administración de empresas en Capital, pero se hacía difícil viajar todos los días en esa época.
Además me puse de novio con Esther Angélica Pacheco, de los Pacheco de Presidente Derqui con quien me casé muy joven. Yo tenía 26 años y mi esposa uno menos.
Lamentablemente ella falleció a temprana edad, en el año 1978. Tuvimos tres hijos: Mariela (48), María Verónica (47) y Federico que nació en 1975. Me dieron siete nietos: Josefina, Delfina, Dolores, Mariano, Clementina, Martín y Conrado.
Luego retomé mis actividades como profesor de dibujo técnico y taller en San Miguel. En 1970 vuelvo a una fábrica por recomendación de un ex compañero de escuela: Oscar Novelli, que era jefe de planta en la Eaton de San Miguel. Ahí se hacían elásticos, helicoidales, suspensiones de vehículos, aires acondicionados y se fabricaban también los autoelevadores Yale. En la Eaton trabajé como dibujante y copista desde el 70 al 74. Pero como dije antes, mi verdadera vocación era enseñar y volví a la técnica en San Miguel. Me hice cargo de los Talleres en el segundo y cuarto sector del establecimiento.
Cuando inauguró la Técnica 1 de Presidente Derqui, la primera escuela técnica del distrito (hoy técnica 2) también di clases ahí. Simultáneamente me emplean también en el Pellegrini, como profesor de materias del ciclo superior: Maquinas herramientas, Tecnología y Metalurgia, además de dibujo técnico. En 1985 me envían para integrar una junta de calificación del CONET a Buenos Aires. Después se crea la Escuela Media Nº 2 con la dirección de Patria Miguez, ocupando aulas de la Escuela 11 frente a la plaza Antonio Toro. Ahí fui secretario hasta que se crea la Escuela Técnica 1 en Pilar en 1987, siendo nombrado director. Recuerdo que también tenía horas en Tortuguitas, en la Escuela Media 1 y después en la Media 7 de Malvinas.
Seguí como director en la 1 de Pilar hasta 1992, con el orgullo de haber acompañado en todo su recorrido a la primera promoción que se recibió. Renuncié a la dirección, pero me quedé con horas en dibujo técnico y módulos de talleres de metalurgia y organización industrial. Siempe me he sentido muy bien ejerciendo la labor docente, me sentí muy cómodo trabajando y tengo lindos recuerdos de esas épocas. Mi mayor alegría es cruzarme en la calle con muchos egresados que me dicen que guardan un buen recuerdo de mí.
De aquellas primeras promociones de la Técnica 1 de Pilar por ejemplo hay varios profesionales, entre ellos profesores, ingenieros, veterinarios y médicos.
Hablando del tema profesionales, también integré a fines de los ’60 la COPRI (Comisión para Promover la Radicación de Industrias en Pilar), junto a Jorge Domenech, Roberto Mazzettelle, Jaime Kelly, Emilio Guevara, Bocha Barrionuevo, Mario Cormery y Pocho Rodríguez, entre otros destacados vecinos pilarenses, la mayoría componentes también de la Cámara Junior de Pilar. Fue sin dudas una etapa muy positiva para nuestro distrito y con una idea que se gestó un par de décadas antes de la llegada del Parque Industrial, de la mano de Meyer Oks.
En lo personal, se casa nuevamente después de muchos años de viudez.
Si, en 1980 me caso con Adelma Alicia Dolera. Ella era soltera y me aceptó con mis tres hijos, es una gran mujer y compañera en todas mis actividades, sobre todo en las relacionadas con la Iglesia. En ese aspecto di cursos de Catequesis en el Instituto Parroquial de Pilar.
¿Cómo llega a ser designado como diacono permanente de la Parroquia del Pilar?
El diaconado en el Obispado es un proyecto que llevó muchos años concretar. Ya en la época del padre José María Jaime se había comenzado a hablar del tema en la Parroquia del Pilar. La idea era formar diáconos laicos en forma paralela a los que habían elegido seguir en el seminario. La cosa comenzó a tomarse en serio allá por 1992 y se iniciaron los estudios para los que estábamos interesados; pero con intermitencias. Tal es así que recién fui ordenado Diacono Permanente el 3 de diciembre del año 2006, cuando era obispo de la Diócesis Zarate-Campana monseñor Oscar Domingo Sarlinga. Todavía tengo una estampita que se imprimió con motivo de la ordenación con fecha 12 de octubre de ese año, fecha que después se postergó. En esa ocasión se nombraron a otros tres diáconos: Ricardo Palacios, que atiende a personas con capacidades diferentes en Robles, Pedro Serrano, que oficia en la Parroquia Santa Teresa de Garín y Ricardo Reggio.
El diaconado es un ministerio de servicio y su actividad fundamental es la caridad. También atendemos a los enfermos, se nos permite bautizar, oficiar responsos y ser testigos cualificados en matrimonios. Además cumplimos varias funciones dentro de la liturgia: se nos permite predicar y celebrar la palabra, con lecturas bíblicas. Hoy somos cuatro los diáconos permanentes en Pilar: Juan Carlos Lizárraga, José Del Rio, Oscar Cabrera –co director del Hogar de Niños del Milagro- y yo.
¿Cómo surge su participación en medios de comunicación en espacios dedicados a la Iglesia?
La comunicación es una afición que tengo desde el año 1964, cuando terminé el servicio militar. Mi primera participación fue con el grupo que transmitió a través de la única emisora de AM que tuvo Pilar del 3 octubre al 12 de octubre de ese año. La Parroquia me comisionó para que la representara con noticias parroquiales. Luego comencé en Difusora América de Roaldo Barbesini con el programa “Buenas noticias”, junto a Juan Castro y otros colaboradores. A principio de la década de los 90 cuando comenzaron las FM, iniciamos el ciclo “Encuentros en familia”, por FM Plaza. Al principio nos turnábamos en la conducción varios matrimonios hasta que quedamos a cargo yo con mi esposa Adelma. En el programa participa actualmente Diego Linares como operador -un ex alumno mío-, Margarita Asis y Silvia Jesús, que me asisten en la conducción, además de contar con una columna del padre Sayu. El programa se emite los domingos de 8 a 9 de la mañana.
También participé en la FM Santa Rosa del Padre Tomas en Manuel Alberti y en Telered, con un micro en el noticiero de la Secretaría de Comunicaciones de la Parroquia, que hoy conduce el doctor Alberto Allindo. En cuanto a medios escritos, tuve el honor de reactivar “La Buena Noticia”, el periódico de la Parroquia del Pilar que se distribuye en forma quincenal.
Ha colaborado también con diversas publicaciones sobre la historia de Pilar.
Si, redacté varios trabajos para las Jornadas Históricas de Pilar que organiza cada dos años la Junta de Estudios Históricos, entre ellos un trabajo sobre Educación Técnica y otro del Trabajo en Pilar. También escribí una crónica sobre la Parroquia Nuestra Señora del Pilar desde la ida del padre Silvio Braschi a la gestión del padre José Ramón de la Villa inclusive.
Estuvo a cargo también de las transmisiones en vivo de las peregrinaciones Diocesanas a Luján.
Sí, lo hicimos durante años cada primer sábado de noviembre cuando se realiza la Peregrinación de la Diócesis Zárate-Campana a Luján. Al obispado se le asignaron tres frecuencias radiales y precisamente utilizábamos como cabecera la de FM Santa María de Campana, con la cual enlazaban varias emisoras a lo largo del camino a Luján con móviles en vivo siguiendo la ruta de los peregrinos. Hoy se sigue haciendo pero con tecnologías mas modernas y por supuesto con gente mas joven que han tomado la posta de estas transmisiones tan importantes tanto par el que va caminado a la Catedral de Luján como para sus familiares que siguen el derrotero de la peregrinación a través de la radio, una computadora o el teléfono celular.
Usted fue uno de los principales impulsores para la reinauguración del Museo Parroquial.
Soy un convencido de que Pilar es un lugar con mucha historia, pero también con muchas historias personales de su gente, que arrancan mucho antes de su fundación. Durante muchos años el museo religioso se trabajó en conjunto con el Municipio, pero desde hace un tiempo se decidió que la Municipalidad se quedara con la parte histórica propiamente dicha. Es así que con el padre Jorge e integrantes de la Junta de Estudios Históricos de Pilar, especialmente con Silvia Villamagna y la museóloga Mónica Ottolengui, decidimos concretar un sueño del padre José Ramón de la Villa: el museo religioso, que felizmente pudimos inaugurar el 12 de octubre del año pasado. Sin dudas lo mas valioso que se puede encontrar en él son los primeros libros de bautismos, casamientos y defunciones, con registros que datan del año 1750. En el museo además se atesoran valiosos elementos como un armonio, devocionarios, elementos para fabricar ostias y ornamemtos. Hay además una interesante línea del tiempo desde los orígenes de la Fe en Pilar desde los tiempos de Garay hasta la bendición del templo nuevo en el año 1856. Sobre esto hay en exhibición una estampita donde se anunciaba la bendición.
Los interesados en visitar el museo pueden comunicarse a los teléfonos 0230 4428650 o 4420845, a fin de combinar visitas guiadas. Para este trabajo de conservación y difusión del material religioso contamos con grandes colaboradores como la Universidad del Salvador, tan convencidos como nosotros que perder la historia es perder nuestras raíces.
Hay que tener en cuenta que nuestra Parroquia del Pilar, junto a la de Baradero (Santiago Apostol), la de San Antonio y Exaltación de la Cruz, en Capilla del Señor, son las mas antiguas de la región, ya que son construcciones del siglo XVIII. Creo que haberle impuesto el nombre del padre José Ramón al museo fue un acto de justicia ya que Pilar y toda la Diócesis le deben mucho a este gran sacerdote que tuvo la Parroquia Nuestra Señora del Pilar.
En cuanto a la historia de Pilar, hace tres años se hizo una compilación en un video, que se difundió en forma de capítulos en el micro “Info Parroquial” en Telered. Participaron en su realización entre otros entusiastas colaboradores Hernán Quintana y Mariano Verrit. El micro se sigue emitiendo los jueves durante el noticiero del mediodía y se repite en la edición central de la noche.
¿Tiene aun algún proyecto que le gustaría concretar?
Me quedó por hacer -y no pierdo la esperanza de lograrlo- crear un museo urbano con aportes de antiguas familias de Pilar. Para ello cuento con el lugar ideal en el centro de Pilar: La propiedad de mi bisabuelo en la calle Pampa, donde entre otras cosas hay una noria de mas de cien años, que todavía funciona.
Oscar Orlando Mascareño
Dejar un comentario