Jueves 21 de Noviembre de 2024
Los 90 años de Sportivo Pilar

Al club lo hace grande su historia, pero gigante su gente

Guillermina Frassinelli tomó el timón del rojo, cuando estaba a punto de ser intervenido. Junto a un grupo de socios comprometidos, normalizaron la institución. Este año, después de la pandemia, pudieron festejar todos juntos un gran aniversario.


  • Domingo 12 de Junio de 2022
Sportivo Pilar

Guillermina Frassinelli fue la primera mujer presidenta del Club Sportivo Pilar. A ella le tocó atravesar el momento más difícil de la institución; estaban a punto de perder la personería jurídica cuando dos amigos tocaron a la puerta de su casa para sumarla al trabajo. No pudo decir que no, Sportivo siempre fue su segundo hogar; pero también lo era para su papá y su hermano Atilio, quienes ya no la acompañan físicamente.

Por ellos, por su mamá y por su hermana, por sus amigos, por sus recuerdos y por los cientos de chicos que disfrutan cada día y con cada actividad, Guillermina asumió la responsabilidad de sacar el club adelante. Y trabajando en equipo se logró, y los chicos volvieron al club y en familia celebraron sus 90 años de vida.

La semana pasada el Club Sportivo Pilar celebró sus 90 años de vida, ¿cómo fueron los preparativos?, ¿cuántas personas colaboraron?

Siempre son especiales los aniversarios del club. Los 88 los pasamos en pandemia y lo festejamos virtualmente, y para estos 90 tuvimos renovación de autoridades, ya en marzo tuvimos la Asamblea y se armó la nueva Comisión Directiva. Y todos ellos, más los papás y mamás de nenes que van a fútbol, los papás y mamás de nenes que van a básquet, los que no son papás, los amigos, los primos, los tíos, todos nos pusimos a trabajar para celebrar los 90 años del club. Cuando nosotros hablamos de la familia del rojo hablamos de eso, y se trabaja a la par, y se trabaja en equipo.

En esta oportunidad, por ser un aniversario tan importante y venir de dos sin festejar, se creó una comisión organizadora -que eran todas mamás de básquet de las distintas categorías- y a medida que nos solicitaban distintos requerimientos se los íbamos dando para que fuera la fiesta que siempre es. De hecho, cuando se planteó el valor de la tarjeta no se quería con esto obtener una ganancia porque el objetivo era volver a festejar, volver a disfrutar de esa gran familia del rojo. Para que todo esto fuera así se estuvo trabajando desde dos meses antes y se consiguieron muchas cosas, como los pollos que ya son una tradición, los famosos pollos al Sportivo, o la música del DJ Pocho que siempre colabora con nosotros en todos los eventos.

Se definió el menú, el precio accesible de la tarjeta y cuando ya las tuvimos comenzamos a ofrecerlas y venderlas. Y así, el sábado anterior con casi todo listo comenzamos a decorar y vestir el salón de rojo y dorado para celebrar los 90 años de vida del Sportivo.

¿Cuánta gente participó el domingo de la fiesta?

Consideramos que fueron más de 400 personas, pero todavía no hicimos el relevamiento de todo lo vivido; pero fue una fiesta, una verdadera fiesta de la que participó la familia del club. Contamos con los parrilleros que siempre son los mismos ubicados en la esquina del club, los mozos que colaboran todos los años y los que se van sumando. Y nos organizamos bien gracias a Dios.

¿Cómo fue la celebración en sí, con qué se encontró la gente al llegar al club?

Fue una fiesta después de dos años de no vernos, con mucha gente que falta, pero con las ganas del encuentro. Y siempre nos pasa lo mismo, citamos a un determinado horario y la gente grande llega dos horas antes, en una oportunidad a las 10 ya estaban en la puerta y hacía frío, entonces abrimos e ingresan al club para conversar. Y cuando llegan al salón elijen sus mesas, guardan lugares para sus familias, charlan con otros vecinos y amigos. Sabemos que siempre algo puede faltar, puede fallar y la anécdota que tenemos este año fue de algo atípico; todos los años la torta del cumpleaños del Club la hace Sabino Rodríguez (Panadería La Avenida) -es una tradición-, y en esta oportunidad el panadero tuvo un problema el día anterior y el mismo sábado salimos a buscar una mamá de un nene de básquet que nos hizo la torta y el domingo estuvo lista. Y lo que hizo el pobre Sabino, para cubrir el problema del panadero, fue enviarnos 15 deliciosas tortas que le encantaron a todos los presentes.

¿Para estos 90 años hubo amigos del club homenajeados?

Este año también se hizo, pero lo que nos había quedado colgado por la pandemia era la actividad de fútbol y quien se encargaba de eso era el Campe Michelini que lamentablemente lo perdimos el año pasado, entonces pensamos que en esta oportunidad era bueno reconocer con una placa a los socios más antiguos, como Anita Arana, y se instauró también el reconocer a una mujer destacada por su trabajo o su presencia en el club, a esta mención se le colocó el nombre de Cuqui Cabona (una de las primeras mujeres de las comisiones directivas y que siempre estaba en el club y era una referente de todas las actividades); y también se reconoció a Camilo Rey, que comenzó en el club y hoy está en la Selección Argentina Sub17 y queríamos reconocerlo antes que se nos vaya a jugar a Europa. Cami es Rey Domenech, su papá jugó al básquet en el club y también su abuelo materno Daniel que fue uno de los reconocidos y su abuela Marta que jugaba al básquet femenino. Y pienso en Marta y recuerdo una foto que se hizo muy viral del aniversario número 87 cuando la reconocen a ella y a mi mamá -Carola- y se funden en un abrazo y se dan la mano. Y eso simbolizaba el amor por el club, los recuerdos compartidos y el dolor de la pérdida de un hijo. Esas son cosas mágicas y emocionantes que se viven en el rojo de la avenida. El festejo es homenaje, encuentro, reencuentro y mezcla de emociones.

¿Qué significa para un club, para una institución, celebrar 90 años de vida?

Significa mucho. Son muchas emociones, muchas historias. A tal punto es así que en la placa a los socios antiguos, pusimos: al club lo hace grande su historia pero gigante su gente. El Sportivo pasó por momentos muy malos, pero también por otros muy buenos; de hecho nosotros atravesamos un proceso de normalización porque estuvimos a punto de ser intervenidos por las autoridades de La Plata debido a que hubo comisiones que vaciaron el club, lo dejaron sin pibes. Y un grupo de socios autoconvocados nos juntamos para no dejar morir al club.

¿En qué año fue esa patriada?

2015, 2016. Había tres personas que dirigían el club por aquellos años y lo dejaron vacío, con las cosas rotas, sin chicos, abandonado. Muchos que nos criamos en el club, no podíamos permitir que se perdiera. Nos juntamos, había que entregar documentación, se armó una comisión normalizadora y debíamos elegir autoridades y, sin querer, termino siendo la primera mujer presidenta del club y siempre trabajando en equipo llegamos a presentar los 18 balances que faltaban y recuperar la vida del club.

Vos llegaste a la presidencia en el peor momento de la institución, ¿qué significó esto para el club y también para vos?

A mí me vinieron a buscar dos amigos que en ese momento me dijeron ‘Guille tenemos que hacer algo, tenemos que sacar a los que están porque vamos a perder el club’. Y todo eso era verdad, pero yo soy más de los consensos, entonces me puse a trabajar. Para mí era una mezcla de emociones, de melancolía y tristeza, porque mi hermano estaba siempre ahí y mi viejo había formado parte de las comisiones también. Y entre todos lo logramos, superamos la terrible situación del club, como en algún momento superaron la caída del techo del gimnasio de básquet. Hay un cuadernito de los 50 años de historia del club que lo relata; pero al escuchar a Miguel Negri, que es quien siempre hizo el mantenimiento nos hizo llorar. Él contaba que estaban todos llorando porque se había caído el techo del gimnasio que había costado tanto esfuerzo y sacrificio, y que un socio dijo: vamos a juntar todo, veamos lo que sirve y arranquemos de nuevo. Y esto lo sentí un poco así, fue un volver a empezar, fue un devolverle a la familia del rojo todo lo que siempre del club recibí.

¿Te fue difícil ser presidenta en un ámbito masculino?

No, para nada, aunque es cierto que los clubes siempre fueron más machistas. Siempre buscamos el consenso y por votaciones fuimos tomando las mejores decisiones para el club; y se notó que nos movía la pasión y el amor por el club.

¿Qué fue lo más gratificante de todo tu período en la presidencia?

Volver a ver al club vivo; con muchísimas actividades, con chicos por todos lados, con las familias disfrutando. Lo más gratificante es poder ver que volvimos a existir, que el club está lleno, que nos faltan espacios para las actividades y que llegaron otras nuevas, y también que las mujeres comenzaron a ocupar otros espacios en la institución.

¿Crees que esas otras mujeres lleguen también a la presidencia del Sportivo?

Estoy convencida que sí, cada día somos más las que nos comprometemos y trabajamos con mucho amor por el club.

En toda celebración siempre se piden deseos, ¿cuáles son tus deseos para el club?

Que sigamos siendo familia, que los que vengan después -que seguramente son los chicos que hoy están como estuvimos nosotros con nuestros viejos- continúen con este legado de darles un lugar de contención a los más chicos, que sea un lugar para disfrutar y que no vuelva a estar vacío.

Los recuerdos fluyen y las historias florecen. Los nombres vienen y van en una amena charla. Guillermina Frassinelli es una mujer muy querida, en cada uno de los ámbitos en los cuales se relaciona deja huellas positivas, también es humilde, comprometida y sensible.

El Club Sportivo Pilar otorga el reconocimiento Cuqui Cabona a mujeres que demuestran un enorme trabajo en la institución. En estos 90 años de vida del “rojo de la avenida”, el reconocimiento llegó a las manos de la primera mujer presidenta del club: Guillermina Frassinelli.

Clarisa Bartolacci

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