El martes 21 personas fueron detenidas luego de 39 allanamientos que se llevaron adelante en diversos puntos del conurbano bonaerense, entre ellos, en nuestro distrito, por una causa que investiga a una organización que se dedicaba a robar petróleo a la firma YPF.
La banda se dedicaba a pinchar oleoductos de YPF, que iban de Bahía Blanca hacia La Plata, y, tras refinar el petróleo en destilerías clandestinas, lo vendían en el mercado negro a estaciones de servicios y productores agropecuarios.
Los 39 allanamientos simultáneos fueron dispuestos por el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé a pedido de la titular de la Fiscalía Federal N°2 de esa ciudad, Cecilia Incardona.
En Pilar, los allanamientos se realizaron en Tradec y Verasur, ubicadas en Parada El Gallo en Villa Astolfi. Ambas empresas habían sido denunciadas anteriormente por contaminación, siendo clausuradas en 2015 y 2018.
Al momento no se detalló qué papel tendrían las firmas dentro de la red delictiva que, se cree, que el monto de dinero anual que conseguían por el robo era de 5 millones de dólares.
“Los integrantes de la organización realizaban todo el circuito comercial, desde la extracción -a través de los oleoductos que pertenecen a la empresa estatal YPF- hasta el transporte y, en algunos casos, su destilación en una planta clandestina que vierte los desechos en la Cuenca Matanza-Riachuelo”, detallaron en la web del Ministerio Público Fiscal.
La fiscalía informó que durante los procedimientos se secuestró una importante cantidad de herramientas utilizadas para la punción de los oleoductos, a través de las cuales los miembros de la organización se apoderaban del petróleo propiedad del Estado Nacional.
Además de documentación, también fue secuestrada gran cantidad de dinero, aparatos de telefonía celular, computadoras, camiones utilizados para el transporte del material combustible sustraído y automóviles, entre ellos varios de alta gama.
La causa FLP 55058/2019 arrancó en octubre de 2019 y desde sus inicios intervino el Departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina (PFA), organismo desde donde se llevaron a cabo las tareas dispuestas por la fiscalía. “Se trató de una extensa y compleja investigación, en tanto la actividad criminal se desarrolló en varias provincias al mismo tiempo”, indicaron
Los procedimientos se llevaron a cabo en distintos puntos del conurbano -tanto del sur, como del oeste y del norte- y del resto de la provincia de Buenos Aires, como Olavarría, Azul y Villa Ramallo, y en las ciudades de San Lorenzo (Santa Fe), General Roca (Río Negro) y Neuquén. Contaron con la participación de varias divisiones de PFA: la Superintendencia de Investigaciones Federales, de Agencias y Regionales Federales, de Bomberos; Superintendencia de Tecnología de la Información y Telecomunicaciones; y Superintendencia de Orden Urbano y Federal. También intervino personal técnico de la empresa YPF y funcionarios de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a través de la Secretaría de Planificación Estratégica a cargo de Juan Pablo Frinderberg.
Para adquirir el producto los miembros de la organización contaban con la logística que les permitía efectuar perforaciones en el oleoducto que transporta el petróleo desde Puerto Rosales (Bahía Blanca) a la refinería más grande de YPF, ubicada en Ensenada, en el límite con La Plata.
En tanto, la principal planta que utilizaban para el refinamiento del combustible robado está ubicada en Valentín Alsina y es un establecimiento clandestino.
Según informó la fiscalía, la prueba reunida permitió acreditar que en febrero pasado la organización extrajo petróleo ilícitamente mediante punciones al oleoducto en inmediaciones de la localidad de Coronel Dorrego, provincia de Buenos Aires, y que para ello se habría alojado en la ciudad de Bahía Blanca. “Las escuchas sobre los imputados lograron determinar que para la maniobra se utilizaron tres camiones cisterna y cuatro choferes, y que se realizaba un circuito que permitía efectuar dos cargas de petróleo a la cisterna por noche. Para esa fase se utilizaban dos camiones. El tercero volvía a descargar el combustible robado en las plantas de refinamiento investigadas. Las operaciones se llevaban a cabo durante la tarde-noche y finalizaban cerca de las 6 de la mañana, lo cual evitaba a los miembros de la organización ser vistos durante el día. Los imputados habían implementado un mecanismo que les permitía transportar el petróleo crudo directamente desde el oleoducto hacia la cisterna de los camiones”, informaron.
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