Matías Rossi se llevó un sabor mucho más agradable de la final del Turismo Carretera en La Pampa que de lo vivido el día anterior. El delvisense protagonizó una sólida remontada en la penúltima cita del año, donde avanzó del 30° al 18° lugar y luego analizó su actuación en diálogo con Carburando.

"Si algunas maniobras hubieran salido como esperaba, quizá podría haberme metido en el grupo de punta. Igual fue una pelea linda, con mucho respeto entre todos. Terminar 18° después de largar 30° nos deja conformes. Se rompieron pocos autos y al resto los pudimos pasar. Lástima lo de ayer, porque nos condicionó todo el fin de semana, pero la final fue positiva", mencionó.

Rossi volvió a detenerse en lo ocurrido el sábado, un día que marcó el rumbo del fin de semana. "La clasificación fue el golpe duro. Nos tiró atrás en las chances y en la final avanzamos hasta donde nos dejó el ritmo y el tránsito de autos. Cuando iba solo éramos rápidos, pero detrás de otro vehículo me costaba mucho porque estamos perdiendo más carga aerodinámica que los demás. Hay que analizar qué está pasando", explicó.

Con la Copa de Oro a punto de definirse, Rossi integra el reducido grupo de pilotos que aún conservan opciones matemáticas de pelearle el título a Agustín Canapino, junto con Marcos Landa y Santiago Mangoni. Sin embargo, la diferencia que sostiene el arrecifeño del Canning Motorsports hace que la misión sea prácticamente imposible.

"El objetivo es el mismo de siempre, buscar la pole y la victoria. Hoy todavía no estamos a ese nivel y por eso seguimos haciendo cambios en el auto. Nuestra posibilidad real de descontar era el sábado y no se dio, así que llegamos sin las herramientas lógicas para pelear el campeonato. Las matemáticas nos mantienen con vida, pero la chance concreta es mínima. Igual, para mí y para el equipo es gratificante llegar con posibilidades en un año donde Canapino dominó claramente", cerró.