Matías Rossi llega a la definición de la Copa de Oro de Turismo Carretera con un escenario muy desafiante por delante, pero con la ilusión de hacerlo posible por más difícil que parezca. Para mantener viva la ilusión del título está obligado a jugarse todo porque llega sin margen para especular, el piloto de Toyota desembarca en La Plata sabiendo que solo una victoria lo mantiene en carrera ante rivales de peso como Agustín Canapino, Santiago Mangoni y Marcos Landa. La distancia con la cima es bastante amplia, 63 puntos, pero en la máxima las matemáticas todavía le permiten soñar con levantar el trofeo.

El Misil conforme a su extensa trayectoria y títulos en su haber, no le escapa a este desafío y asume la presión sin rodeos. El reglamento es contundente y deja en claro que para ser campeón hay que ganar, y hasta este punto Rossi todavía no lo consiguió durante esta Copa de Oro. Por eso, el fin de semana en el autódromo Roberto Mouras aparece como una verdadera final anticipada, ya que no existen segundas oportunidades, ni estrategias conservadoras. El piloto delvisense tiene que salir a la pista sin titubear, a jugarse todo o nada.

Con ese objetivo, el piloto del Camry de Nueva Generación trabaja a fondo también en lo físico. "Estoy entrenando mucho en karting para estar bien físicamente", reconoció en la previa, dejando en claro que la preparación no deja ningún detalle librado al azar. Y agregó que encara con optimismo esta prueba que se le presenta. "Vamos a la definición con muchas ganas porque venimos funcionando muy bien", afirmó.

Toyota llega con una referencia reciente en el trazado platense. Si bien la última prueba realizada con el Camry dejó sensaciones positivas, Rossi sabe que el contexto climático será diferente y eso obligará a ajustar la puesta a punto. "El día que probamos hizo frío y este fin de semana se esperan temperaturas elevadas, un factor clave a tener en cuenta. Será muy importante clasificar bien, porque necesitamos ganar", analizó. La pole puede marcar el destino de todo el fin de semana, por lo que no puede permitirse guardarse nada para la final.

La ilusión de Rossi se apoya también en la evolución que mostró su auto a lo largo de este minitorneo que significa la Copa de Oro. Desde el arranque de la misma, el rendimiento del Camry fue en ascenso y le permitió mantenerse competitivo cuando el margen de error era mínimo. En San Luis fue octavo, en San Nicolás logró un valioso segundo puesto, en Paraná terminó cuarto y en Toay fue 18º tras una clasificación condicionada por la lluvia. Resultados que, con altibajos, le permitieron llegar con vida a esta instancia decisiva.

La temporada además tiene un condimento especial para Rossi, teniendo en cuenta de que este es su primer año en el Turismo Carretera con el modelo Camry de Nueva Generación, luego del parate que había realizado en la categoría a fines de 2023. Y su último festejo en la máxima categoría todavía está fresco en la memoria, el cual se dio en la novena fecha del año pasado, en el "Desafío de las Estrellas", cuando le dio a Toyota su primer triunfo histórico en el TC.

Ahora, con la espalda apoyada contra la pared, Matías Rossi va convencido por escribir otro capítulo grande. Sabe que la victoria es obligatoria, que el margen es mínimo, pero también que cuando la presión aprieta, suele responder. En La Plata, el Misil acelera con una sola misión, ganar para ver si puede volver a levantar el trofeo.