Candela Francisco, protagonista del histórico desempeño argentino en la Olimpíada de Budapest

El equipo femenino argentino alcanzó un logro sin precedentes en la 45ª Olimpíada de Ajedrez celebrada en Budapest, logrando su mejor posición histórica en esta competencia. El equipo, conformado por Candela Francisco (18 años), María José Campos, Anapaola Borda, Claudia Amura y Belén Sarquis, terminó en el 11° lugar entre 170 países, una hazaña que las colocó entre la élite mundial del ajedrez.

Candela Francisco, joven promesa y defensora del primer tablero, fue una de las grandes figuras de este histórico desempeño. Con tan solo 18 años, Francisco jugó en el tablero más competitivo, enfrentando a las mejores ajedrecistas del mundo. Su actuación fue decisiva, sumando 7 puntos en 11 partidas, un rendimiento destacado que impulsó al equipo argentino a superar todas las expectativas.

Durante el torneo, el equipo argentino logró siete victorias, incluyendo triunfos sobre Marruecos, Venezuela, Finlandia, y Serbia, entre otros. Asimismo, alcanzaron dos empates y sufrieron solo dos derrotas. Este rendimiento no solo las posicionó como el mejor equipo de Sudamérica, sino también como el segundo mejor del continente, detrás de Estados Unidos.

El papel de Francisco fue clave, no solo por sus resultados individuales, sino también por el liderazgo que ejerció en el tablero más difícil, donde se enfrentó a las rivales más exigentes. Su rendimiento fue acompañado por el de sus compañeras, quienes también tuvieron actuaciones destacadas, especialmente María José Campos y Anapaola Borda, que igualaron los puntos de Candela con 7 en 10 partidas.

La hazaña de Candela y el equipo argentino marca un antes y un después para el ajedrez femenino en el país. Como expresó el capitán Sebastián Iermito, este logro debe ser un impulso para que se le dé mayor importancia al ajedrez femenino y se trabaje en proyectos a largo plazo que permitan consolidar los avances logrados en Budapest. Candela Francisco, con su talento y dedicación, es sin duda una de las piezas fundamentales para el futuro del ajedrez argentino.