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El pasado sábado se llevó a cabo en las instalaciones del Club Atlético Pilar la última velada del año de La Milonga de Pilar. El tradicional encuentro de entusiastas bailarines de nuestra música ciudadana se viene llevando a cabo mensualmente con gran aceptación, habiéndose constituido en una de las citas bailables más concurridas del género en el corredor milonguero de Zona Norte, desde San Isidro a San Pedro.
La movida en Pilar es un emprendimiento de dos reconocidos referentes en la difusión de nuestra música ciudadana: el bailarín profesional y organizador de Milongas en Escobar, Jorge Miranda, y el pilarense Oscar Mascareño, quienes lograron en pocos meses ubicar a La Milonga de Pilar en el calendario de encuentros bailables tangueros en toda la región.
Uno de los atractivos de la propuesta es que los bailes se realizan en la “cancha 2” de básquet del “Rancho” que tiene piso de madera, siendo la única pista bailable de parquet en todo el corredor, la superficie ideal para el lucimiento de los bailarines.
La singular propuesta bailable fue declarada en agosto último de Interés Cultural Municipal por el Concejo Deliberante de Pilar, con votación unánime de todos los ediles y la exhibición al finalizar la sesión de Jorge Miranda con la bailarina local Cary Retamozo.
Cierre con orquesta en vivo
Con la propuesta musical de pasar grabaciones con tandas de tangos, valses y milongas, los organizadores decidieron cerrar el año con una orquesta en vivo, contratando en la oportunidad a La Tuba Tango, un cuarteto acústico que recrea el ritmo de las agrupaciones tangueras de principios del Siglo XX, con las composiciones bailables más representativas de la época.
Con atuendos y una escenografía acorde a la propuesta, los jóvenes integrantes de la Tuba Tango se ubicaron en el centro de la pista para que los milongueros bailen a su alrededor, en sentido contrario a las agujas del reloj, como se estila en las milongas.
La tercera generación del cuarteto está integrada por Lucas Kohan (director, guitarra y arreglos); Gonzalo Brass (clarinete); Ignacio Rizzo (Tuba) y Matías Rullo (bandoneón).
Sin dudas la sonoridad del grupo la da la tuba, instrumento que luego fue reemplazado en las orquestas de tango por el contrabajo, a fines de los años ‘30.
En una noche calurosa y con anuncios confirmados ya en la madrugada de fuertes tormentas, casi 150 personas se sumaron a la propuesta, muy festejada por cierto por todos los presentes. La última velada de La Milonga de Pilar fue considerada realmente exitosa para los organizadores que ya están pensando en milongas al aire libre durante la temporada estival 2024.
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