La Escuela Secundaria Antonio Toro (ESAT) de Presidente Derqui será escenario de una nueva edición de su ya tradicional feria literaria, una propuesta institucional que invita a sumergirse en el poder transformador de la palabra, con el protagonismo absoluto de los estudiantes. El 25 de junio desde las 8 de la mañana hasta la medianoche, el edificio se convertirá en una gran muestra viva de literatura, creatividad y trabajo colectivo.
Juliana Nardi, vicedirectora del Nivel Secundario, explicó a Resumen que la feria surge del deseo de “hacer de la escuela un lugar en el que sucedan cosas”, donde el trabajo docente salga de las aulas y se vuelva visible, compartido y significativo. “Es una invitación a que todos, en un mismo momento, hagamos algo con sentido, con un hilo conductor que nos conecte”, expresó.
Esta será la tercera edición de la feria literaria, aunque la idea general del proyecto ya se ha aplicado con ejes como la ciencia, la robótica y la tecnología en años anteriores. En esta ocasión, el foco está puesto en la literatura, con un abordaje integral que va más allá de los textos: cada curso trabajó durante meses con una obra asignada, desarrollando puestas en escena temáticas, reflexiones y actividades que abarcan géneros tan diversos como novelas, poesía, cuentos clásicos, ficción y no ficción.
Uno de los principales objetivos, señaló Nardi, es recuperar el hábito de la lectura, pero también promover el desarrollo de habilidades blandas: comunicación, trabajo en equipo, adaptabilidad, resolución de problemas y empatía. “Es fabuloso verlos transformarse. Se quejan, claro, pero en el fondo se entusiasman. Quieren que los vean sus familias, que los reconozcan por otras habilidades más allá de la memoria o la escritura”, dijo.
Además, la propuesta también incorpora una dimensión solidaria. Al igual que en ediciones anteriores, la entrada será a beneficio de la Asociación Pilares, una organización que trabaja con jóvenes de la comunidad y en la que participan como voluntarios alumnos de los últimos años. Se invita a los asistentes a colaborar con alimentos no perecederos.
Como incentivo adicional, la escuela organiza una competencia amistosa: el mejor grupo se lleva entradas al cine y el segundo premio es un desayuno grupal. El componente lúdico y competitivo termina de completar la experiencia.
“La literatura puede dialogar con la vida cotidiana de los chicos y chicas, puede iluminar sus preguntas y ampliar sus miradas. Nos gustaría que quienes recorran la feria se vayan con ganas de leer, de buscar ese libro que representó a un curso y conocer más”, cerró la vicedirectora.
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