El pilarense Santiago López es un ejemplo más de lo que fue el lado B de la pandemia. Es que ese tiempo lo llevó a incursionar en nuevos mundos, y hoy se encontró con una nueva faceta que lo ha vuelto el gran protagonista del BADA, la feria de arte que se realiza en el predio de La Rural hasta el domingo.
“Me encontré con mucha más repercusión de la que esperaba. Es mi primera escultura y ver lo que está pasando en increíble. El BADA es un éxito que se ha llevado a cabo en México, en Madrid, y que pongan como anfitrión mi primera escultura es un montón. Hasta llegó Milo Lockett y se quiso sacar una foto con el caballo, muy loco lo que me está pasando. Pero disfrutando del momento”, es lo primero que le sale al artista pilarense al tratar de explicar su presente en diálogo con Resumen.
Pero para entender la historia, nos tenemos que remontar tiempo atrás. “Estaba haciendo muebles en pandemia, me llevo bien con las herramientas así que abrí mi Instagram ‘Astilla Ligera’ y empecé con eso. Al mes estaba trabajando a full, reinventándome y me estaba yendo muy bien”, contó.
Y agregó que “un día me vino la idea de hacer algo majestuoso que llamara la atención y pensé en el Caballo de Troya. Empecé a investigar en internet y me di cuenta que no existía. Es una historia de miles de años y nadie lo había hecho”.
Así de rápido como le bajó la idea, puso manos a la obra. “Busqué la película, hice un ‘print’ de pantalla y empecé a soldar fierros. Después de armar la estructura tenía que conseguir madera curva, así que llegué a una barrica de vino y un bote de madera viejo que tenía, que sirvió para mantener esa mística del Caballo de Troya. No hice planos ni nada, fue todo hecho a ojo, ni siquiera agarré un metro”, relató el pilarense.
En tanto, expuso: “Siempre me gustó investigar sobre arte. Desde los 18 años siempre hago algún curso. Pasé por fotografía, escribí el guion de una película, también pinté cuadros. Iba descubriendo diferentes cosas, pero nunca me había lanzado como artista, y este Caballo de Troya fue mi lanzamiento”.
Con 4,30 metros de altura, la enorme obra lleva el nombre de “Osadía”, y sorprendió al mundo del arte, que quedó cautivado por la obra pilarense: “La verdad que tuvo una repercusión tremenda, todos se querían sacar fotos y subirse, porque tiene un espacio tipo living adentro para seis personas.”.
Finalmente, el pilarense aseguró que se desprenderá de su primera obra, pero ya tiene en mente lo que viene: “Osadía está pensada para venderla y consagrarme como artista. Tengo un piso en la cabeza y voy a recibir ofertas hasta el domingo. Pero tengo tres esculturas en la cabeza, de este tamaño o más grande. Hay pocos escultores que hagan este tipo de cosas. Es verdad que te lleva mucho más tiempo y materiales, pero yo me mandé a mi primera escultura con algo grande y ya no me da miedo a encarar nada. Esto es el comienzo de algo grande”.
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