Edgar Wilker Scovenna, uno de los últimos costumbristas pilarenses

Edgar Wilker Scovenna nació el 17 de enero de 1932 en un campo entre Pilar y Luján, denominado entonces como Cuartel IV del Partido de Pilar. Hijo de Rosa Victoria Gardella y Hércules Félix Scovenna, ambos criollos hijos de inmigrantes italianos. Edgar fue el hijo mayor del matrimonio y tuvo dos hermanas menores. Hizo sus estudios primarios en la Escuela Nº1, adonde llegaba a caballo junto a su primo Reynaldo, recorriendo diariamente los 7 kilómetros que los separaban de sus respectivos hogares.

“Dejábamos los caballos en una herrería que estaba ubicada en Fermín Gamboa y Rivadavia y terminada la jornada escolar los pasábamos a buscar”, comentó a Resumen Don Edgar, que nos recibió en la cocina de su casa en García Mansilla entre Alsina y Viamonte, donde vive desde que se casó en 1953 con Emma Holm. El matrimonio tuvo tres hijos: un varón y dos mujeres, la menor lamentablemente fallecida. Scovenna vive solo, quedó viudo hace 10 años, pero recibe cotidianamente la visita de sus hijos Edgar y Silvia y sus cinco nietos.

Finalizados sus estudios primarios, Edgar y su primo Reynaldo volvieron a sus tareas rurales en el campo de sus familias. “Mis padres tenían tambo y después como amansadores de caballos y otras tareas trabajamos en Estancia Carabassa junto a mi tío Juan”.

Ya pasada la adolescencia, el joven campesino se muda a la ciudad y comienza diversos oficios, entre ellos los de albañilería y construcción en general, trabajando en Pilar y Capital Federal. Paralelamente integra dúos y conjuntos folklóricos como guitarrista, siendo autor de muchos de los temas que interpreta. Siendo un verdadero autodidacta, también se dedica a la escritura. Lleva editados cinco libros de temática tradicionalista y un ensayo histórico sobre la intervención del General Miguel Estanislao Soler en el Tratado del Pilar.

Inquieto en todo quehacer cultural donde pueda participar, intervino como extra en la película El Camino del Gaucho (1952), dirigida por el francés Jacques Tourneur. Un año antes completó el curso de Arte Cinematográfico.

A los 68 años, decidió estudiar el profesorado de Danzas Tradicionales Argentinas, recibiéndose con la profesora Yuly Errandonea, representante del IDAF (Instituto de Artes Folklóricas Argentinas en Pilar y Exaltación de la Cruz). “Logré mi diploma en el año 1973 –refiere a nuestro medio- con la anécdota que mi examen final lo rendí en Los Cardales, junto a un muy jovencito David Martínez, hoy reconocido profesor de danzas folklóricas y tango en Pilar”.

Ya recibido, Edgar Scovenna comienza a dar clases en su casa, compartiendo la tarea con su trabajo de almacenero y pastelero en un local propio a metros de su vivienda y también participa en ballets folklóricos de Pilar, Escobar y Exaltación de la Cruz.

“En 1999 tuve el honor de haber sido elegido el Mejor Pastelero de la Provincia de Buenos Aires entre 33 participantes de la Fiesta Provincial de Pastel en Carmen de Areco”, lauro que impulsó su nuevo emprendimiento de fabricación de pasteles al por mayor, que lo tuvo entretenido por varios años. Las mejores panaderías de Pilar requerían sus deliciosos pasteles y también implementó un servicio de distribución en otras localidades que lo requerían.

Como músico siguió componiendo, incursionando en la composición de temas dedicados a localidades que los incorporaron como verdaderos “himnos”, interpretados por reconocidos artistas locales como Norma Belli, que interpretó la zamba “Del Viso, Ciudad de los Pájaros” y María del Pilar, que hizo lo propio con la Huella “Tratado del Pilar” y la zamba “Empalme Fátima”.

Por su parte, el “Cielito de Manzanares”, es el tema siempre presente en todos los actos escolares de la Escuela 10 Bartolomé Mitre de la localidad pilarense.

Estas composiciones “a pedido” traspasaron las fronteras de Pilar, debiendo el autor componer temas para localidades del vecino partido de Escobar y para Mojones Norte, Departamento Gualeguay de la provincia de Entre Ríos.

Toda esta labor cultural no pasó desapercibida para las autoridades locales y provinciales, habiéndosele nombrado Ciudadano Ilustre de Pilar; Distinguido de la Ciudad de Del Viso y reconocido por la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.

Actualmente y a pesar de los achaques propios de sus 92 años, Edgar Wilker Scovenna sigue componiendo. “Acabo de terminar una zamba nueva que compuse junto a Martiniano Leguizamón que titulé “Cuando tus ojos me miran”, que en cualquier momento voy a grabar”, adelantó a Resumen el folklorista pilarense, sin dudas, uno de los últimos costumbristas y revisionistas del pasado pilarense.

“Extraño mucho a Oscar Toppi, al doctor Gregorio Ferra y al padre Ramón De la Villa, que ya no están entre nosotros y con quienes compartí muchas de mis experiencias e investigaciones sobre el pasado pilarense, como por ejemplo el lugar de los ombúes, cerca de donde nací y viví mi niñez, donde existió una guardia y posta, acaso una de las primeras en el Virreinato del Rio de La Plata y que por tradición oral, se asegura que allí también hizo noche la comitiva que trasladaba la imagen de la Inmaculada Concepción, desde el Lugar del Milagro en Zelaya a su destino final en Lujan”, asegura Scovenna. 

Oscar Mascareño