Jueves 21 de Noviembre de 2024

A 44 años del fallecimiento del autor del Carnavalito “El Humahuaqueño”

Resumen recuerda el exitoso paso de Edmundo Porteño Zaldívar por Pilar. El virtuoso músico que ejecutaba a la perfección guitarra, guitarrón, requinto, charango, arpa, bombo, quena, sikus, entre tantos instrumentos y fue músico estable de Radio El Mundo durante 20 años, vivió con su familia en nuestra ciudad entre 1956 y 1971.


  • Viernes 11 de Febrero de 2022
edmundo zaldivar

El pasado lunes la academia de danzas "Edmundo Zaldívar" en conjunto con el municipio humahuaqueño, en la provincia de Jujuy, realizó un homenaje al creador del carnavalito “El Humahuaqueño”, que se ha adoptado como himno de los jujeños, instaurando la fecha del fallecimiento del músico como “Día del Carnavalito”.

La propuesta se concretó con motivo de conmemorarse el 44 aniversario del fallecimiento de Zaldívar, ocurrido el 7 de febrero de 1978. Los actos iniciaron a partir de las 11 en el cementerio San Antonio de esa localidad para luego trasladarse hacia la plaza central al son del famoso carnavalito. Los bailarines descendieron por las escalinatas del Monumento a los Héroes de la Independencia hasta llegar a la plaza central para dar por finalizada la primera parte de las actividades. En horas de la tarde, acompañados de varios músicos locales, se realizó el anuncio del primer Festival Nacional del Carnavalito.

La novedad fue oficializada por la intendenta de Humahuaca, Karina Paniagua, quien anunció la realización del primer Festival Nacional del Carnavalito en la ciudad histórica y aseguró que ya están trabajando en la creación de una comisión organizadora.

"Hace unos años nos reunimos y firmamos un acta para que Humahuaca pueda tener por primera vez un festival nacional -dijo la intendente Paniagua-. Siendo nosotros cuna de músicos y cultura, trabajaremos de forma conjunta para poder lograrlo".

El proyecto había sido presentado unos años antes por Carlos Edmundo Zaldívar hijo cuando la hoy intendenta era concejal por su ciudad. Precisamente, Carlos, hijo de Edmundo “Porteño” Zaldívar, fue como todos los años, desde que se conmemora la recordación, invitado especialmente a los actos en honor a su ilustre padre. Esta vez fue acompañado por su hijo “Quiquin” y el pianista Cesar Gómez, de Duggan, localidad cercana a San Antonio de Areco.

Resumen tuvo la oportunidad de dialogar telefónicamente con Carlos este martes por la mañana, mientras el músico desayunaba en el hotel donde se había hospedado con sus acompañantes en Humahuaca, antes de emprender el regreso a Buenos Aires.

“Como todos los años, no termino de acostumbrarme y me sorprende la devoción que tienen el pueblo humahuaqueño y todo Jujuy por mi padre –expresó emocionado el artista hoy radicado en San Antonio de Areco-. En esta oportunidad con la alegría del anuncio de la intendenta de que ya están trabajando para la organización de la Primera Fiesta Nacional del Carnavalito, un proyecto que le acerqué yo a Karina Paniagua cuando era concejal”.

Carlos, Quiquin y Gómez aprovecharon su estadía en Humahuaca para actuar en el restaurante “La tuna”, un coqueto y tradicional reducto gastronómico ubicado en el centro de la ciudad puneña. “Ahí nos presentamos todas las noches, actuando para unos 50 comensales que es la capacidad que tiene el lugar”, precisó el guitarrista.

El paso de la familia Zaldívar por Pilar

El diálogo con Carlos Edmundo Zaldívar fue una excelente oportunidad para recordar la época en que la familia del autor del Humahuaqueño estuvo radicada en Pilar. “Nos mudamos de Capital a Pilar en 1956, gracias a la relación que tenía mi padre con un amigo y vecino al que mis hermanos y yo llamábamos “tío”, tal la confianza que teníamos con él –conto el músico-. Esa persona tenía una quinta en Pilar que se llamaba “La Mary” que estaba cerca de la intersección de la ruta 8 con Panamericana y se la ofreció a mi padre por 180 mil pesos. Mi padre acababa de regresar de Europa después de recorrer 20 países para cobrar los derechos de autor, ya que acá no se pagaban y disponía de un buen dinero, por lo que inmediatamente hicieron un acuerdo de palabra en la forma de pago”.

“Lamentablemente, la economía del país no anduvo bien y el vendedor le dijo a mi padre a los pocos días que debía aumentar el precio de la transacción a 350 mil pesos, casi el doble de lo que habían pactado. A mi viejo que era un tipo de palabra no le gustó la acción y desistió de la compra, pidiéndole un plazo de 30 días para desalojar la quinta. Durante ese lapso, apareció otro solar similar atrás de Pilar Viejo, más precisamente detrás de un restaurante que en esa época se llamaba “La rana verde” propiedad de los Morelli que tenían también una conocida empresa de remolques. Tiempo después, el restaurante lo compró Florindo Bianchi y le cambió el nombre precisamente por “Pilar Viejo”. Ahí vivimos hasta el año 1971 y mis padres denominaron a la quinta El humahuaqueño”, siguió.

“Ahí comenzaron a organizar recordadas peñas y además era un lugar de encuentro de muchos amigos de mi padre, tanto del ambiente artístico de Capital Federal, como de vecinos de Pilar, como don Augusto Zamarripa padre, con quien en 1960 crea la Peña “La guardia del Pilar”, organizando recordadas noches musicales con la presencia de importantes figuras del folklore, famosas en aquellos años, como Ariel Ramírez y Eduardo Falú, entre otros, que mi padre conocía por su actividad en Radio El Mundo”, añadió.

“Volviendo a “La rana verde” donde también actuaba mi padre con sus hermanos, una noche llega al lugar en colectivo un hombre vestido de gaucho con bigote, barba y pelo largo que pide hablar con él. Era ni más ni menos que Horacio Guaraní, que no venía por cuestiones artísticas sino a convencer a mi padre de que se afiliara al Partido Comunista, cosa que por supuesto no ocurrió, teniendo en cuenta sus ideas conservadoras relacionadas con la política. Guaraní no era famoso todavía y como la charla se dilató, mi viejo ofreció llevarlo en su coche a José C. Paz, donde vivía el músico”, recordó.

“En la quinta mi padre enseñaba guitarra y uno de sus mejores alumnos fue el entonces muy jovencito Ramón Núñez, el hoy destacado músico derquino, mientras que mi madre daba clases de danzas folklóricas. En Pilar fui a la Escuela Modelo donde terminé la primaria. La secundaria la hice en el Instituto Almafuerte y la terminé en el Colegio Sarmiento en Capital Federal. Fueron años de mucha actividad artística para toda la familia. En 1971 con Adolfo Colombo Mosetti estuvimos en Radio El Mundo en un ciclo que duró ocho meses donde tuvimos mucho éxito. Actuamos también en el Festival de Cosquín como "Los Zaldívar", mi papá, mis hermanos Marcelo y Julio y yo. Mi padre ganó una medalla de oro por un triunfo que se llama "San Antonio de Areco". Lo interesante de esa medalla era que había estado compitiendo ni más ni menos que con Eduardo Falú y Carlos Di Fulvio. Mi padre fue considerado el mejor guitarrista de acompañamiento de la Argentina. Roberto Grela como solista y mi papá "Cacho" Zaldívar como acompañamiento, fueron los mejores del mundo, no hubo otros. Lo han dicho siempre Luis Salinas y Juanjo Domínguez”, dijo convencido y con orgullo Carlos Zaldívar.

Un músico notable

Edmundo “Porteño” Zaldívar nació en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires el 9 de octubre de 1917, en el seno de una familia de músicos. En la casa de su padre solían juntarse intelectuales y artistas de la época, como Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones, y otros artistas plásticos y de otras ramas. Los inicios musicales ocurrieron casi al mismo tiempo que los comienzos de la radio en 1924, cuando por Radio Cultura acompañaba a su padre Edmundo Polo Zaldívar, también guitarrista.

Aun siendo niño, compuso la zamba “Nunca, nunca” y participó del conjunto de Juan Más Morales en Radio Nacional. Guitarrista y músico fundamental en la historia del tango, acompañó -según sus propias palabras-, “a todos los cantores y cancionistas, salvo a Carlos Gardel”. Fue músico estable de Radio El Mundo durante más de 20 años, donde no solo interpretó tango, ya que también se fogueó como guitarrista, ejecutando todos los ritmos, en especial el folclore argentino y americano.

En 1938 formó parte de la Orquesta Típica Los Indios, dirigida por Ricardo Tanturi. Ese mismo año estudió piano, teoría y armonía con el maestro Pedro Rubione. Poco después la dirección artística de Radio El Mundo le solicitó la creación de un tema para irradiar como cortina musical.

Viajando en tranvía, se le ocurrió una melodía inspirada en el traqueteo y el freno del tranvía. Tomó unas notas en el boleto como ayuda memoria. Más tarde la completó, creando una obra en ritmo de carnavalito, resultando una pieza que pronto se escuchó en todo el país y gran parte del mundo: “El humahuaqueño”. Algunos años después (1955), lanzó un disco con ocho temas -incluyendo “El humahuaqueño”-, con una orquesta que incluía oboe, fagot, vibráfono y varios vocalistas, fue para el sello Pampa. Con esa obra obtuvo una notable popularidad, no solo en la Argentina y en América, sino también en Europa y otros lugares del orbe, a tal punto que ha sido grabado prácticamente en todo el mundo, inclusive en lugares tan insólitos como Egipto, China, Japón, Grecia, Nueva Zelanda, Bélgica y Holanda.

Su mayor éxito, sin embargo, lo logró en Francia, con más de 200 versiones distintas, y en Alemania, donde alcanzan a un centenar, siguiéndoles luego Inglaterra, Italia, Países Bajos y Estados Unidos. Desde 1933 hizo giras por todas las provincias del país, y también en el exterior llegando a visitar unos 30 países.

También fue profesor de ritmos en la Escuela Nacional de Danzas, y tuvo academias en todo el país en las que se enseñaba guitarra. Entre 1954 y 1956 integró el cuarteto Troilo-Grela, ejecutando el guitarrón, con Kicho Díaz en contrabajo.

El 18 de marzo de 1955 se estrenó la película ‘Vida nocturna’, con el atractivo de la presencia de Aníbal Troilo, junto a Edmundo Zaldívar en guitarra, tocando “Palomita blanca”. Luego se asoció al bandoneonista Ciriaco Ortiz, participando de las actuaciones del Trío Ortiz. El 8 de mayo de 1969 se inauguró El Viejo Almacén, aquella noche actuaron los binomios Horacio Salgán - Ubaldo De Lío y Ciriaco Ortiz - Edmundo Zaldívar. Actuó con innumerables artistas del género como Edmundo Rivero, Charlo, José Luis Padula, Rosita Quintana, Rosita Quiroga, Manuel Acosta Villafañe, Margarita Palacios, Marta y Waldo de los Ríos, Antonio Tormo, Nelly Omar, Félix Aldao, Antonio Maida, Carmen Duval, Aldo Campoamor, Lito Bayardo, Horacio Salgán, Pedro Vargas y Ortiz Tirao, solo por nombrar algunos.

Edmundo Porteño Zaldívar ejecutaba guitarra, guitarrón, requinto, charango, arpa, bombo, quena, sikus, entre tantos instrumentos. Fue un difusor e investigador del folclore. En su vasta obra como compositor se destaca como ritmo preferido la zamba y ahondó en el repertorio folclórico con carnavalitos, tonadas, canciones criollas, incursionando también en la milonga, el vals, la canción y el tango.

 

Oscar Orlando Mascareño

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