Primer año de la universidad pilarense

Lizzie Wanger: "La universidad pública en Pilar llegó para quedarse"

La rectora de la Universidad Nacional de Pilar hizo un balance del primer año de vida académica de la institución. Con más de 3 mil estudiantes y 12 carreras en marcha, destacó el sentido de pertenencia de los jóvenes locales, la apuesta por la calidad educativa y los desafíos de construir una universidad desde cero.

La Universidad Nacional de Pilar cerró su primer año de funcionamiento con aulas llenas, entusiasmo estudiantil y un fuerte sentido de pertenencia local. Desde su creación, la institución se propuso ser mucho más que un espacio de formación académica: buscó consolidarse como un puente entre la educación pública, el desarrollo local y las demandas del mundo del trabajo.

"Estamos funcionando a pleno, con 12 carreras en tres facultades y un cuerpo docente muy comprometido", resumió la rectora Elizabeth "Lizzie" Wanger en diálogo con Resumen. Para la responsable de la casa de estudios, este primer año fue clave para sentar las bases de una propuesta educativa con identidad propia. "Nos planteamos que los estudiantes se acerquen a la práctica profesional desde el inicio. Esa aproximación permite comprender mejor lo teórico y darle sentido al aprendizaje", explicó.

Esa combinación entre teoría y práctica es una de las características más distintivas del modelo de la UNPilar. Lejos de la lógica tradicional de que las prácticas se realizan al final de la carrera, la universidad promueve una inserción temprana en los campos profesionales. "Las prácticas motivan, consolidan el aprendizaje y generan pensamiento crítico", destacó Wanger.

El impacto territorial también fue significativo: el 90 por ciento de los estudiantes son de Pilar, mientras que el resto proviene de distritos vecinos como Escobar, Malvinas Argentinas o Moreno. "La universidad demuestra que era una necesidad muy grande. Muchos jóvenes no podían viajar o costear una privada, y hoy tienen la posibilidad de estudiar cerca de su casa, en una institución pública y gratuita", señaló.

Wanger: "La universidad demuestra que era una necesidad muy grande".

El camino para construir la universidad, sin embargo, no fue sencillo. "Armar una institución desde cero implica reunir equipos, seleccionar docentes con experiencia y, en lo posible, que sean de la zona. Queríamos una universidad con identidad local y un alto nivel de exigencia", afirmó. Según la rectora, ese doble objetivo, inclusión y calidad, define la esencia del proyecto: "Buscamos formar profesionales capaces de insertarse en el mundo laboral con las herramientas necesarias. Que cuando trabajen puedan decir ‘me formaron para esto'".

Wanger insistió en que ofrecer calidad educativa no depende de la suerte sino del trabajo sostenido. "No es magia. Es contar con docentes actualizados, con recursos pedagógicos modernos y propuestas de enseñanza acordes al siglo XXI", aseguró. La universidad cuenta con un campo virtual propio, produce materiales didácticos y audiovisuales, e incorpora contenidos de inteligencia artificial y transformación digital en varias carreras. "Queremos que los estudiantes aprendan en entornos que reflejen el presente y el futuro del trabajo", remarcó.

En cuanto a la infraestructura, la UNPilar funciona actualmente en dos sedes: una en el predio Pellegrini, donde avanza la construcción del nuevo edificio principal, y otra en el Parque Industrial, que aloja carreras tecnológicas. "Esa sede es preciosa y muy funcional. Logramos que los colectivos lleguen hasta la puerta, lo que facilitó mucho el acceso de los estudiantes", contó.

Wanger: "Buscamos formar profesionales capaces de insertarse en el mundo laboral con las herramientas necesarias".

De cara al ciclo lectivo 2026, la casa de estudios volverá a abrir la inscripción a las mismas 12 carreras que se dictaron este año, con la meta de afianzar las bases antes de expandirse. "Tenemos mucho por fortalecer y profundizar. Más adelante ampliaremos la oferta, pero hoy el foco está en consolidar lo que ya logramos", sostuvo Wanger.

Para la rectora, el balance del primer año es más que positivo. "La universidad pública no es reemplazable. Es un espacio de inclusión, de oportunidades y de transformación. Y en Pilar, además, es un sueño colectivo que se volvió realidad. Esta universidad está en pie, sigue creciendo y demuestra que vale la pena apostar por la educación pública y de calidad", concluyó.

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