A 50 años de la mudanza: la historia del edificio de la Comisaría de Pilar
A 50 años de su inauguración, el edificio de la Comisaría de Pilar -trasladado en 1975 desde Lorenzo López a la entonces modernizada calle Tucumán- vuelve a ocupar un lugar en la memoria local como símbolo de la transformación urbana e institucional que atravesó el centro de la ciudad durante aquella década.
Este 2025 se cumplen 50 años de la inauguración del edificio que desde 1975 alberga a la Comisaría Pilar 1ª, un espacio que marcó un hito urbano y administrativo para el distrito. Medio siglo después, su presencia sobre la actual calle Tucumán sigue siendo un punto de referencia para generaciones de pilarenses, pero también un símbolo del fuerte proceso de modernización que atravesó el centro de la ciudad durante la década del 70.
Antes de aquella mudanza, la seccional policial funcionaba en un inmueble ubicado en Lorenzo López al 500, a pocos metros de la plaza 12 de Octubre. La cercanía con el casco histórico era práctica, pero el edificio ya no respondía a las necesidades operativas ni a la estructura que demandaba una comunidad en crecimiento. Por eso, el traslado fue presentado en su momento como un paso clave hacia un servicio más eficiente y hacia un centro urbano más ordenado.
Un edificio moderno para una cuadra que cambiaba
En junio de 1975, el diario Resumen destacaba el impacto del nuevo edificio con un entusiasmo que reflejaba el clima de época. Bajo el título "Nueva comisaría en una cuadra que progresa", describía el moderno inmueble ubicado en Tucumán entre Ituzaingó y Rivadavia, subrayando la transformación acelerada que vivía ese tramo del centro.
La nota mencionaba que la cuadra estaba destinada a convertirse en una de las más importantes de la ciudad por la inminente llegada de nuevas instituciones: la sede local del Banco de la Nación Argentina, la construcción del edificio del Banco del Oeste y la imponente estructura -entonces en desarrollo- del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Pilar.
La presencia conjunta de estos organismos marcaba, según el periódico, un "progreso" que el nuevo edificio policial venía a reforzar.
Unos meses antes, en abril de 1975, Resumen ya había adelantado que la Comisaría estaba instalada en su nueva sede. El artículo destacaba que el edificio había sido "construido con lujo de detalles modernos y comodidad", una frase que hoy funciona como testimonio del salto edilicio que significó la obra.
Además, remarcaba su ubicación estratégica: a pocos metros del cuartel de Bomberos Voluntarios, sobre la misma vereda, reforzando la cercanía operativa entre dos instituciones clave para la seguridad del distrito. Esa disposición buscaba mejorar la coordinación en emergencias y consolidar un polo institucional que, con el tiempo, se transformaría en un área central de servicios públicos.
A lo largo de estos 50 años, el edificio ha visto transformarse al municipio, sus políticas de seguridad y sus estructuras administrativas. Desde aquí atravesaron dictaduras, recuperaciones democráticas, reformas policiales, cambios tecnológicos y el crecimiento exponencial de Pilar como ciudad.
Aunque el entorno urbano ha cambiado profundamente, la fachada de la Comisaría 1ª continúa siendo parte del paisaje cotidiano. Para muchos vecinos, es también un espacio cargado de recuerdos personales, desde trámites y certificados hasta episodios que marcaron historias familiares o comunitarias.
Hoy, cinco décadas después de aquella mudanza desde Lorenzo López, el edificio de la comisaría no solo es una construcción de valor histórico sino también un testimonio vivo del desarrollo institucional y urbano de Pilar. Un punto fijo en un distrito que no ha dejado de expandirse y transformarse.