Los casos de gripe crecieron notablemente en las últimas semanas en la Argentina y complicaron la atención en las guardias de todo el país.
La influenza o gripe es la enfermedad viral respiratoria que más casos registra en este período de estacionalidad fría, de acuerdo los reportes del Boletín Epidemiológico del ministerio de Salud de la Nación.
La curva de contagios no baja -en líneas generales- desde abril, cuando comenzó a subir, más específicamente desde la semana epidemiológica (SE) número 17, del 23 al 29 de abril. Así, en la SE24, del 11 al 17 de junio, la positividad de acuerdo a los casos estudiados es de más del 26%.
“El porcentaje de positividad para Influenza presentó un ascenso desde la SE17, superando a partir de la SE21 el 10%, con un máximo de 26,74% en la SE24; mientras que en las primeras 20 semanas del año- excepto en SE02 cuando alcanza un 10,96%- permaneció por debajo del 10%”, indicó el reporte de vigilancia de la cartera sanitaria.
En esa línea, de acuerdo al reporte sanitario oficial, el comportamiento del SARS-CoV-2, causante de Covid-19, se mantiene en descenso, con una positividad del 5,26%, mientras que el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) presenta una positividad del 17% de los casos estudiados.
“En el momento actual se verifica un aumento paulatino de casos de influenza y ascenso de Virus Sincicial Respiratorio (VSR) con una actividad estacional adelantada. La circulación de SARS CoV-2 permanece baja”, añadió el informe de vigilancia.
En tanto, durante 2022, la influenza o gripe mantuvo un comportamiento inusual, tanto en la estacionalidad y número de casos registrados, ya que circuló hasta entrada la primavera y en el inicio del verano, algo que no suele suceder.
De acuerdo a datos registrados por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, el año pasado se evidenció un récord de casos de gripe, registrando la temporada con más alta circulación del virus de los últimos nueve años, con un total cercano a 1.300.000 casos. La causa de esta situación de excepción fue un comportamiento inusual en la estacionalidad viral, donde la circulación del virus se extendió tanto en verano como en primavera.
Si bien la vacuna antigripal se aplica al final del verano y en el inicio del otoño y está asociada a grupos de riesgo específicos, se puede aplicar en cualquier momento del año y se la pueden dar personas que no tengan enfermedades de base y tengan menos de 60 años.
Lo cierto es que toda la población a partir de los 6 meses de edad puede vacunarse para estar protegida y ayudar a que haya menos circulación viral y los casos no sean tan graves o no se produzcan complicaciones, como la neumonía.
La vacunación antigripal es especialmente importante para las personas que corren mayor riesgo de presentar complicaciones graves por gripe/influenza: personal de salud, mayores de 65 años de edad, bebés y niños de entre 6 y 24 meses, embarazadas y puérperas, personal estratégico, y personas de 2 a 64 años con factores de riesgo, como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias (siendo evidencia A para asma y EPOC), enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
Hay varias razones por las que hay que vacunarse contra la gripe cada año: los virus de la gripe pueden cambiar de un año a otro, por lo que la vacuna se actualiza para proteger contra las cepas del virus de la influenza que se espera que circulen. Además, la protección proporcionada por la vacuna contra la gripe que recibió una persona en el año anterior disminuirá con el tiempo y puede ser demasiado baja para prevenir la enfermedad de la influenza en la temporada de gripe del próximo año.
La gripe, más allá de la infección respiratoria, puede multiplicar por ocho el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV) o una neumonía, y por diez el de desencadenar un infarto de miocardio.
Un estudio del 2018 demostró que, entre los adultos hospitalizados por gripe, los pacientes vacunados tenían 59% menos de probabilidades de ingresar a una unidad de cuidados intensivos que los que no se habían vacunado. A su vez, se evidenció que entre los adultos que se encontraban en la unidad de cuidados intensivos por gripe, los pacientes vacunados en promedio pasaron cuatro días menos en el hospital que aquellos que no se habían vacunado previamente.
Dejar un comentario