Viernes 03 de Mayo de 2024
Opinión

Ley Ómnibus: soberbia e improvisación, una mala combinación

El gobierno de Milei sufrió un duro revés, pero no fue producto de "la casta" sino por ellos mismos.


  • Domingo 11 de Febrero de 2024
Ley Ómnibus

Por Guillermo Fernández, estudiante avanzado de Ciencia Política (UBA)

El martes el gobierno tuvo una dura derrota en el Congreso Nacional, la sesión sobre la Ley Ómnibus se cayó. Luego de una sesión de cuatro días, no pudieron concretar el avance del proyecto cuando se lo trató en particular, es decir, parte por parte. Por pedido del propio bloque oficialista se levantó la sesión y todo lo tratado vuelve a foja cero; sí, una vez más deberán tratarse en comisiones para luego volver a tratarlo en el recinto.

¿Por qué pasó esto? Fácil, dentro del oficialismo hubo una combinación fatal: soberbia e improvisación. La soberbia fue cuando el oficialismo no quiso acordar más con los bloques “dialoguistas” y demostró una actitud hostil con los gobernadores, incluso Miguel Ángel Pichetto -una eminencia de la rosca política- les recomendó varias veces hasta el hartazgo que moderen sus actos y escuchen otras propuestas si querían dejar de perder y que avance el proyecto, sin embargo, no lo escucharon; e incluso subestimaron a los gobernadores, su influencia y las realidades socioeconómicas y políticas de cada provincia pensando que las amenazas de “dejarlos secos” y las charlas con el ministro de Interior surtirían efecto para lograr el apoyo.

Pero también la improvisación jugó en contra, el politólogo Gabriel Sued tildó de “fracaso estrepitoso” la caída de la sesión ya que el oficialismo se presentó a una sesión en donde no tenían los votos asegurados para los artículos que más le interesaban como las facultades delegadas o las privatizaciones.

Pero esta improvisación no fue producto del mismo momento sino que viene de arrastre, en los días previos, varios diputados denunciaron que se estaba debatiendo un dictamen en el cual había partes modificadas luego de su aprobación, lo cual no corresponde y está prohibido por el artículo 155 del Reglamento de Diputados, y partes tachadas en distintas copias del proyecto o incluso parecía que desconocían la norma (el artículo 155) de que cuando un proyecto de ley es modificado, es necesario que vuelva a ser revisado por la comisión correspondiente antes de ser sometido a votación o, como se excusó el ministro Francos, volvió a comisión porque “la ley perdía su esencia,” en referencia al rechazo en particular de la delegación inconstitucional de poderes al presidente de la Nación.

El hecho de que hayan ganado la elección y tenga casi dos meses de gobierno, no habilita al oficialismo a tener una actitud hostil, incluso contra sus propias filas como fue contra Píparo, y caprichosa en torno a la aprobación de sus proyectos.

No quieren comprender que la política se basa en la negociación y la construcción de acuerdos con distintos actores para el éxito de cualquier proyecto y no en el apoyo de “las fuerzas del cielo” y el desprecio por las leyes e instituciones de un Estado fijadas por acuerdo de los representantes de la Nación.

Aunque también demostraron que no saben tener paciencia ni perder ya que, en la política, en especial la política legislativa, se necesita tiempo para negociaciones y debates en torno a cualquier proyecto, pero en especial con proyectos de gran alcance como este ya que se necesitan no solo crear políticas públicas sino también que estas sean eficientes y se adecuen con las normas constitucionales y que no siempre uno tiene éxito, a veces se gana, y a veces se pierde.

Tanto Javier Milei como el resto de La Libertad Avanza deberán aprender y aceptar que no gobiernan solamente para sus militantes, sino que gobiernan y representan a todos argentinos sin distinción política ni económica y a todos los extranjeros que están en suelo argentino y que el poder lo comparten con otras personas que no comparten su ideología.

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